domingo, 10 de mayo de 2009

FACEBOOK: ENTRE LOS CAZADORES Y LOS TAXIDERMISTAS.

Por. Ignacio González Prieto. En 2 años el Facebook revolucionó las redes sociales y hoy tiene 200 millones de usuarios.
En Argentina hay 3.700.000 mil personas que lo usan, es la principal red social y nuestro país ocupa el 6.to puesto en la utilización de esta tecnología en el mundo, donde la intención es “buscar gente dónde la gente está”, según los especialistas.
Es difícil entonces, sorprenderse que los retratos de jóvenes exponiendo su intimidad ocupen un lugar de privilegio en la video galería artística del Centro Cultural Ricardo Rojas, que depende de la Universidad de Buenos Aires, un reducto predilecto de aquellos que saben apreciar las obras del arte contemporáneo.
En tiempos, de Facebook, fotologs, Blogs, páginas web, fotos de teléfonos celulares, que exhiben, como nunca antes, los límites finos entre el universo de lo privado y de lo público, el video artista y fotógrafo rosarino Carlos Fernando Herrera, presenta Temperatura perfecta.
Una obra despojada de sofisticaciones técnicas o estéticas, una combinación entre el trabajo del cazador y el taxidermista, que atrapan a su presa, la preparan y la muestran cómo un trofeo, en un lugar especial de la casa.
Este trabajo, retrata el mundo interior del adolescente promedio de las provincias argentinas. Con sus experiencias y sus decisiones de vida. Cortes de pelo, tatuajes, aros, pearcing, caras lavadas, barbas, bigotes, cuerpos lampiños, bronceados o no, ropas..., que definen una forma de vida, que también se conjuga con fotos de situaciones cotidianas, como habitaciones desordenadas, baños sucios, las zapatillas que se usan todos los días, el jean preferido, la cama sin tender y el puf elegido, donde se pasan los días, entre puchos, tragos, televisión, la compu, anécdotas y libros.
Sin demasiadas pretensiones, como nos cuenta, el artista, se animó a mostrar un trabajo de 40 imágenes, que surgen de una selección de casi 10 años y más de 300 fotografías, que se mantuvieron ocultas, y lo obligaron a presentar otros trabajos más complejos para legitimarse en los circuitos más institucionales del arte.
Las caras, las poses casuales, los torsos desnudos, los juegos, los genitales, dejan ver “el hábitat” de los jóvenes de hoy. Lugares, que no son tan distintos al de otras generaciones, pero que disparan diferentes lecturas, y nos hacen pensar sobre las nuevas costumbres, sobre los vínculos y sobre los cambios en la más profunda intimidad.
La idea, es que el cuadro funcione como un espejo de ellos, que mantienen posturas ridículas, irreverentes, desafiantes, incomprensibles y hasta desconocidas. Al contemplarlas, no sólo da la sensación, sino que queda confirmado, que la sociedad ha mutado, que ya “la gente”, no se sienta, no duerme, no come y hasta no disfruta, de la misma manera, cambiaron los lugares, los tiempos y hasta las personas.
Por eso, la obra está atravesada por una cuota de humor y algo de porno, entre lo erótico, lo sensual y lo exótico, que nos muestra que este retratista de 33 años, es fiel a los suyos y, no duda, en buscar las nuevas herramientas de la tecnología para dejarlo confirmado y sentar un precedente en el arte de la metrópolis. Es así, que este abordaje de la fotografía con una visión plástica desprejuiciada.
El uso de una cámara casera, deja en evidencia que Herrera, logró ganarse la confianza de sus retratados, meterse en sus vidas, tenerlos como modelos ocasionales a jóvenes de entre 17 y 25 años, que se muestran con espontaneidad.
Con una Nikon pocket automática, de apenas 9 mega-píxeles, que entra en la palma de la mano, evidencia, que estos modelos no están producidos -no tienen maquillajes, luces o peinadores-. Son fotos, casi de asalto, Luego de caminar durante, unos 45 minutos mirando las fotos, uno se pregunta: ¿la obra va o la obra viene al artista?. Es cómo una presa que va confiada y feliz, hacia el depredador. Y es aquí, donde la acción del cazador y la operación del taxidermista, se encuentran en las fotos, que nadie pensaba encontrar en el “Rojas”. BIOGRAFÍA DEL AUTOR.
Carlos Fernando Herrera Nació en Rosario en 1976 - Fotógrafo y Videoartista Realiza proyectos diversos de características intimistas y hogareñas. Instalaciones y documentaciones de video, fotografía y audio. Trabaja en forma conjunta con Claudia del Río en un dueto denominado Trulalalá. Dirige Marasca Trip Gallery. Es asesor externo de Museo Castagnino+macro desde el año 2005 y director Ejecutivo del miso durante el año 2008. Ha realizado numerosas muestras individuales y colectivas en argentina y en otros países desde el año 2000. Sus obras forman parte de colecciones privadas y de museos nacionales e internacionales.

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