viernes, 22 de julio de 2011
La memoria Sociedad Anónima
El 16 de septiembre de 1976 un reducido grupo de estudiantes
secundarios de la Escuela Nro
3 de La Plata fue
secuestrado luego de participar en una campaña por el boleto estudiantil. El
operativo fue realizado por el Servicio de Inteligencia del Ejército y la Policía de la Provincia de Buenos
Aires, dirigida por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha
contra "el accionar subversivo en las escuelas". Este hecho es recordado como «La noche de los
lápices».
El diario La Opinión publicó en 1973 un suplemento dedicado a
los fenómenos políticos entre los adolescentes. En dicho artículo se difundieron
los resultados de una encuesta que realizó entre 250 estudiantes. El 30,3% de
los jóvenes encuestados tenía algún tipo de participación política. En la historia de nuestro país los golpes de
Estado siempre estuvieron al servicio de la clase dominante y del imperialismo.
Aún hoy, en democracia a más de 35 años de esa época
oscura, el «consumismo» atropella los lugares que deberían al menos ser investigados
antes de eliminar las sospechas de que algo que no está claro realmente ocurrió.
Se trata de un predio de unas 5 hectáreas ubicado en el
cruce de Thames y Panamericana, en la localidad de Villa Adelina en el Partido
de San Isidro. Allí se erigía la casa oficial de fin de semana del dictador
Emilio Eduardo Massera y aún pueden verse los respiraderos de los enigmáticos
estacionamientos subterráneos.
Con la participaron de jóvenes profesionales junto a la Gendarmería. Se
realizaron excavaciones y pericias en distintas partes del predio donde habría
funcionado un centro clandestino del Servicio de Inteligencia Naval.
Es la primera vez desde la llegada de la Democracia que se realizan investigaciones bajo tierra en el lugar. En ese perímetro se planea construir un centro comercial próximamente si la justicia da luz verde a la venta del predio y todo parece indicar que así será.
La publicidad no deja dudas. Ya se ofrecen locales
para el futuro shopping para la venta de artículos “Made in China” en un lugar,
que no es como otros. El mundo en el que vivimos está lleno de invitaciones a
la compra, disfrazada de falsas promesas para alcanzar la felicidad. Riqueza y
bienes, parecen ser dos palabras mágicas a las que todos quieren acceder, sin
importar cómo y dónde.
Los ex vecinos de Massera saben que muy pronto la
zona será un floreciente polo comercial más del norte del gran Buenos Aires. En
caso de resolverse avanzar con la construcción de un Mall, puede no solo
enterrar la memoria para siempre, sino provocar un boom inmobiliario para una
zona que parecía estar relegada.
Memoria y conveniencia se conjugan en un sector
que solo quienes lo padecieron saben de qué se trató. A metros de donde pasan
por día miles de automovilistas, el que fuera el amplio jardín de la casa de
Massera ahora cuenta con custodia las 24 horas, las zonas observadas fueron
protegidas con rollos de media sombra y por el momento cualquier actividad en
esa parte del perímetro está prohibida. Hasta el solo hecho de recordarlo.
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