lunes, 18 de mayo de 2009

Policías en acción, ¿acaso otros están inactivos?

¿Son “policías en acción” o policías accionados por la presencia de las cámaras? Este interrogante, sumado al desconcierto (o la decepción) que genera ver en televisión a las fuerzas policiales desbordadas, ya sea por falta de infraestructura o por inferioridad respecto al alto porcentaje de delitos que se cometen, invita a reflexionar acerca de la sensación y el mensaje que deja implícitamente el programa “Policías en acción” en el televidente. Escenas de patrulleros yendo al lugar de los hechos a tratar de solucionar los problemas; imágenes de operativos llevados a cabo después de una investigación previa; y relatos risueños de un ebrio o algún conflicto familiar digno de ser readaptado para una comedia teatral, son algunos de los elementos con los que cuenta “Policías en acción” para ser uno de los programas más vistos de la televisión abierta. Respecto a esto, la cuestión elemental a analizar, es la “imagen policial” que queda deambulando en el imaginario social colectivo, a partir de un programa que intenta retratar el accionar de quienes deben pugnar por la seguridad de la población. Por lo tanto, no es descabellado suponer que la luz y la lente de la cámara, encendida constantemente, grabe secuencias poco favorables del actuar de la policía, ya que los agentes de la ley suelen encontrarse con situaciones que en ese momento exceden su capacidad de respuesta. Además, la policía carga en sus espaldas con el peso de una crítica negativa por parte de la sociedad, una visión general que ha ido en aumento en las últimas tres décadas. Y en lo que pareciera ser otro intento por desprestigiar aún más esta imagen ya degradada, en algún fragmento del programa se visualiza cómo el camarógrafo comparte con la policía el espectáculo que ofrecen dos grupos de jóvenes al pelearse en la puerta de un boliche. Esos oficiales son quienes deben “poner la cara” frente a casi dos millones de televidentes ante una situación que excede las responsabilidades individuales, y que debería ser competencia de la fuerza policial como órgano del estado. Sin embargo, en televisión todo se ve distorsionado…. Esta situación, aumenta prejuicios tales como la inacción que la sociedad le adjudica a los policías. Sin ir más lejos, la frase “Policías en acción”, suscita interpretaciones alusivas a una posible pasividad del policía común, aquél que no es parte de este circo, quien patrulla diariamente las calles sin que nadie capte la desprotección y los riesgos que sufren al realizar este trabajo. El cual, sin embargo esconde un costado corrupto y represivo que todos sienten en la rutina, pero que tampoco nadie ve en la pantalla chica. Pese a todos estos aspectos desfavorables, durante el programa también se puede observar la faceta humana de los policías, que durante la emisión interactúan con los protagonistas de los hechos y con los testigos de una manera que se asemeja al modo que utilizaría un asistente social. Y que el ojo de la cámara se clave en esta situación, permite otro replanteo sobre el beneficio o el perjuicio que esto genera sobre la reflexión que promueve el programa en los televidentes. Esto se debe a que son situaciones que los ciudadanos no acostumbran a ver en el “día a día”, por lo cual surgen nuevamente dudas acerca de la intención del programa, que genera conflictos totalmente ficticios, fácilmente detectados por los espectadores. Tal vez sería más beneficioso para la fuerza policial que se acentúe la atención de las cámaras en problemas reales como la falta de móviles, personal y herramientas tecnológicas; pero al parecer, exagerar situaciones que ni siquiera ocurren, o que por lo menos no son habituales, pareciera ser lo más redituable. Por estas razones, vale la pena precisar la diferencia que existe entre la realidad y los productos televisivos de entretenimiento que tratan de graficarla. Los últimos buscan la aprobación de los receptores, y este fin justifica cualquier tipo de modificación de la realidad con tal de hacerla más entretenida. Pero la grandeza de lo real, reside en que es visible y tangible sin filtros de por medio, es inmodificable, más allá de algunos pensamientos que afirman cierta influencia de los medios en la percepción de las cosas. Además, el programa televisivo “Policías en acción”, es un claro ejemplo de que lo que se ve en televisión es una consecuencia de lo que se vive, no al revés, porque se basa exclusivamente en el actuar de los policías, un tema que genera muchas polémicas y debates en la sociedad. Por ende, cualquier pensamiento que permanezca en el imaginario social como consecuencia del programa, va a estar condicionado por los conceptos previos que el público tiene sobre el tema, en este caso, el actuar de la Policía. Por lo cual, un programa de televisión no puede desprestigiar o beneficiar; es la visión previa que se generó a lo largo de los años la que va a definir esta situación, es decir, el contexto en el que se encuentra inmerso el programa. Y este contexto no es favorable para nadie, menos para los policías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario