jueves, 4 de agosto de 2011

La infidelidad ...¿Ceniza de un amor?

En “We don´t live here anymore”, Jonhn Curran muestra la vida de dos parejas amigas, unidas por algo más que el cariño. Con el pasar de los minutos, no todo es tan puro como parece. El adulterio y el juego de las apariencias existen. Unos ojos que no juzgan y una cabeza que entiende, en compañía de planos que hablan por sí solos y de buenas actuaciones, hacen que este film se aleje de lo cotidiano. Aunque un poco lenta al principio y con una estética que no presenta mayores sobresaltos, “We don´t live here anymore” es un film que cuánto más se aleja del común de las películas, más se acerca a la realidad. No busca establecer un juicio de valor sobre la infidelidad ni ser moralizadora, en cierta forma, de los actos de las personas. Simplemente describe, caracteriza y destapa al adulterio de manera tal, que ninguno de los involucrados resulta culpable sino más bien víctima de sus propias pulsiones. Para la conclusión de tal fin, creó a personajes como Edith (Naomi Watts) y Hank (Peter Krause) por un lado, en contraste con Terry (Laura Dern) y Jack (Mark Ruffalo) por otro. Vidas no sólo diferentes por el modo o rutina que llevan, sino por las cualidades que los hacen únicos. Hank, un hombre que parece perfecto, seductor e insensible frente al engaño de Edith, su mujer; quien por el contrario es dulce, apasionada y está dispuesta a todo con tal de seguir encontrándose con Jack, a escondidas. Ambos conforman lo que por fuera parece ser un matrimonio (casi) perfecto que, en lo más profundo, en realidad no lo es. Terry una ama de casa perezosa que gusta de tomar vino, frontal y sincera, sufrirá el despecho de ser engañada por quien considera “el amor de su vida”. Un cliché que, aunque utilizado en demasía en este tipo de películas, en esta tiene una connotación diferente. Por su parte, Jack encarna un hombre competitivo y envidioso con respecto a Hank, a quien siempre intentó superar. Aunque la pasión suele ser motor de sus acciones, la racionalidad no se aleja de su cabeza a la hora de la reflexión, se siente dolido por engañar a su mujer con Edith aunque es incapaz de pararlo y alejarse. Sin embargo, Jack y Terry tienen una conexión y una cualidad que será la que sorpresivamente de un giro inesperado en el final de la historia: no se mienten a ellos mismos sobre sus sentimientos y éstos serán lo que mueva a la historia a un final inesperado. Se reflejan cuatro personalidades que representan cuatro maneras distintas de encarar la infidelidad: un hombre totalmente desinteresado y que prefiere que su mujer vaya a buscar en otro lado lo que en su casa no encuentra; otro hombre que, conciente del mal que sabe que hace, sigue sus instintos; una mujer que sufre por el rechazo de su marido y que para despertar algo en él lo engaña y no teme en contárselo y finalmente otra mujer que, sin más remedio buscó en otro hombre lo que su cónyuge no le da. Sin embargo, “We don´t live here anymore” no pretende hacerse eco de una mirada moralista sobre las acciones de los hombres; sus personajes tampoco procuran provocar en el espectador una especie de identificación alguna, sino que su fin es mostrar una realidad que existe. A diferencia de todas los melodramas que asumen como eje el adulterio, la película de John Curran, fiel a su estética, presenta un final distinto e insospechado que se hace entender en uno de las últimas escenas: era costumbre de Jack andar en bicicleta, aunque en las escapadas para ver a Edith y en los paseos con sus hijos siempre se lo mostró de frente; en una de las últimas, el director optó por tomarlo de espaldas, como si su futuro de ahora en más fuera incierto, como si rompiera estructuras de la rutina que tan cansado lo tenían. Sufrimiento, desamor, engaño, frialdad y pasiones se harán presentes una y otra vez en toda la película. Sentimientos que pondrán a los personajes constantemente a prueba, quienes arrastrados por pulsiones y deseos no pondrán barreras a sus límites. Romperán cualquier esquema establecido y se internarán en un sinfín situaciones para poder tapar ese vacío que sienten.
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"La antena" a tierra

En tiempos donde los medios de comunicación están en la mira, la reflexión personal no debería hacerse esperar más. Llena de metáforas, expresiva, de estética visual atrapante y con un mensaje claro; Esteban Sapir propuso en su segunda película una nueva forma de analizar a los encargados de la comunicación social. “La antena” dirigida por Esteban Sapir y estrenada en el 2007, si bien está en blanco y negro, es muda y tiene una estética futurista, no deja de ser expresiva, poética y paradójicamente, ruidosa en cuanto a los choques visuales se refiere; resultó ser uno de los films más atrapantes de los últimos tiempos y permite, sin duda, realizar una autocrítica con respecto al sistema en el cual estamos inmersos. La concentración de los medios de comunicación bajo el mando de pocas voces no sólo es una de las cuestiones a atender en nuestro país, sino que es el foco principal de una película que intenta, mediante el uso de metáforas y una historia con personajes fuera de lo convencional, hacer entender de manera eficaz una temática tan importante. Para ello, los utilizó y los inventó tan excéntricos pero que representan la idea de la mejor manera. Toda la película transcurre en “La ciudad”, un lugar en donde a todos los habitantes les fue robada la voz y cuyo líder, el “Señor TV” quien tenía todo el control. Su ideal, convertirse en amo eterno estaba a punto de concretarse, sin embargo no tenía lo único que necesitaba: “La voz”, representada por una hermosa mujer que, curiosamente, fue la única que pudo conservar el don del habla. Después de una larga y colorida persecución con idas y vueltas, a un instante de que incluso, la forma de pensar, estuviera dominada por el “Señor TV”, la película da un giro inesperado en manos del hijo del personaje de “La voz”. De relato sencillo pero no simple, Esteban Sapir siguió la línea estética de su anterior película, Picado Fino, también en blanco y negro. Esta vez, la historia va mas allá del amor, dolor, futuro, familia y todo lo que eso conlleva, se centra, sin decirlo, en una de las cuestiones más importantes que tiene Argentina en cuanto a la comunicación democrática se refiere. Monopolios, la no multiplicidad de voces, holdings, mensajes con mismo contenido; consumidores sin voz, callados, sumisos y resignados, son sólo algunos rasgos que este film deja ver en medio de una historia con personajes mudos, raros y rebuscados y con la capacidad de generar dudas. Si bien “La antena” suaviza lo que realmente quiere contar el director, esto no deja de ser claro y evidente. Nos encontramos inmersos en una realidad similar a la del film: los medios de comunicación sólo responden a sus intereses, para conseguirlos transmiten una misma idea a través de todas sus versiones: gráfica, radio y televisión, determinando así grandes empresas dueñas de la voz e incluso muchas veces, no permitiendo otros puntos de vista. “La Antena” se ofrece para ser el puntapié inicial para abrir los ojos, estar atento y encontrar empatías por una forma distinta de analizar una realidad tan normal como lo son los medios de comunicación. Lo importante es comenzar a ver otras aristas del “hoy” como propone Sapir y no dejarse engañar con lo que se ve, se oye y se lee.
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Un gourmet en casa

Comida asiática, mediterránea, oriental o incluso regional pero con un toque especial, hoy son posibles de elaborar en la comodidad de la propia cocina. Ningún paladar queda afuera de los bastísimos programas de televisión donde chefs nacionales e internacionales explican el paso a paso haciendo todo más sencillo.
A la hora del almuerzo o cena, el gusto argentino siempre optó por platos abundantes, sabores definidos y con la infaltable presencia de la carne. Con el paso de los años, los tiempos fueron acotándose tanto como para sentarse a disfrutar como para cocinar; sin embargo, la televisión hoy en día ofrece un amplio abanico de posibilidades en cuanto a lo culinario se refiere.
De la mano de la televisión y los programas de cocina, diferentes chefs muestran sus habilidades y ayudan a que nuestra tarea sea más simple: de manera sencilla y fácil, se describen los “paso a paso” de platos elaborados u otros no tanto para el placer y complacencia de todos.
A pesar de las exigencias, hoy la cocina ya no es un problema debido a las múltiples ofertas televisivas. Hará cosa de dos años que “lo culinario” está en auge y constante crecimiento gracias a las distintas opciones que se brindan: cocina gourmet, secretos del mundo, cocina para amas de casa, cocina light e incluso, cocina mezclada con un poco de entretenimiento.
Para los amantes del buen comer, de sabores y gustos distinguidos; sin dudas el canal de cable Gourmet representa desde hace años uno de los canales de cabecera. Cocina mediterránea, asiática, española e incluso chefs que recorren ciudades en búsqueda de aromas, condimentos y especialidades distintas.
Uno de los programas que resultan más interesantes por el auge que representa la comida oriental en nuestro país es “Ohno en Japón”, un joven japonés que recorre ciudades que lo vieron crecer y que marcaron su historia hasta llegar a Tokio. Platos de comida asiática explicados en detalle y con ingredientes fáciles de encontrar, hacen de este programa uno de los más atrayentes para un comensal entendido en la cocina oriental o para alguien que quiera incursionar en ella.
Para los que se deleitan con platos más prácticos y rápidos de hacer, el ya conocido e instaurado “Utilísima satelital” no deja de ser opción de todos los días. Platos abundantes, sanos, “express” o postres exquisitos son la especialidad de este canal donde todo lo que se cocina tiene ese sabor a “hecho en casa”.
Silvia Barredo, Marta Carabajal, Narda Lepes, Alicia Gallach, Choly Berreteaga son sólo algunos de los nombres que se destacan. Desde hace años están en televisión para hacer llegar a todas las casas, las distintas recetas que se van ajustando a las exigencias diarias pero siempre en contacto con ricos aromas y sensaciones.
Para la comida “de todos los días” o incluso un poco más elaborada pero siempre con sabor bien autóctono, la TV Pública ofrece un nuevo ciclo llamado “Cocineros Argentinos” . Técnicas simples, recetas riquísimas, económicas y oriundas de cada una de las provincias de nuestro país son algunos de los ingredientes infaltables que tiene este programa bajo la conducción de Guillermo Calabrese. Por que si algo le faltaba al canal de aire, era un programa dedicado a la cocina que muestre y difunda las especialidades argentinas que tanto representan a nuestra cultura.
Así como estos, hay muchísimos más programas y secciones que hoy por hoy tienen lugar dentro de la televisión cuya consolidación se debe a lo mejor a las bastas opciones para salir del problema que la cocina muchas veces ocasiona, por ofrecer otro tipo de platos, por su sencillez y rapidez o por la incorporación de sabores y condimentos extranjeros; cualquiera de ellos sea el motivo, lo cierto es que es un espectro que de a poco se va poblando.
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Arte en el delta

Vanguardia, impacto, texturas y obras que dejan mensajes, son los componentes infaltables de las pinturas y esculturas que Milo Lockett y Felipe Giménez, exponen en el Museo de Tigre.
Una día cómo cualquier otro puede convertirse en algo interesante cuando el tiempo se utiliza para algo diferente. Algo similar ocurrió con los hoy artistas plásticos Milo Lockett y Felipe Giménez cuando dijeron basta a su vida para dar un giro y hacer lo que más les complacía, pintar. Sin embargo, todo ese pasado no queda en el olvido, sino que más que nunca forma parte de sus vidas e incluso, de sus obras. Y es justamente producto de los riesgos que tomaron, lo que está expuesto en el Museo de Arte de Tigre, el único lugar donde la armonía y el ruido visual, lo moderno y lo antiguo e incluso, lo estructurado y lo no tanto, son capaces de convivir de una manera tan singular como atrapante. Desde lejos, el imponente edificio se abre paso entre el río y los cafés, siendo ellos sus únicos límites. Una enorme galería queda cubierta por su terraza, que a modo de muelle pero en la altura, hace que la vista pueda ir incluso más allá del horizonte. Las columnas y los faroles redondos, tanto como el contexto mismo de la estructura, invitan a la sensibilidad o, por lo menos, a pensar de una manera que apela a los sentimientos. Apenas adentro del edificio, un pequeño cuarto que desemboca en otros más grandes, llama la atención por sus paredes de estilo afrancesado y de colores cálidos. Sin embargo, un paso más adelante, la vista se dirige rápidamente a “Tratando de no cortar el lazo” e “Ilusionados” dos de las obras de Felipe Giménez que más hacen rever la conciencia. La primera es un cuadro en donde una hilera de siete hombres vestidos con traje y con portafolios en sus manos, intentan no desprenderse de una especie de soga color rojo intenso; en el lado derecho, el lazo aparece cortado y de ella cuelga uno de ellos que intenta amarrar los dos extremos. Enseguida, debajo de el, su portafolio cae al vacío. La segunda obra es una escultura que se encuentra al pie de la pintura, un largo bote tallado en madera lleva a un grupo de personas que miran hacia arriba como si estuviesen esperando algo. Si bien miles de interpretaciones son posibles, hay un sentido que cae de maduro. Felipe Giménez muestra a través de su pintura, el comportamiento que tienen varias personas con respecto a su trabajo, a modo de que su vida, suele reducirse a ello; asimismo su círculo familiar y de amigos, queda también excluido. El contraste de esta obra está representado en la escultura, las personas en el bote simbolizan esos lazos que no se quieren cortar, que a su vez, ilusionados o esperanzados, miran a los hombres que luchan contra la absorción que les significa su ámbito laboral. Una vez recorrido el primer cuarto, de los lados izquierdo y derecho, se abren dos posibles caminos a seguir. El de la izquierda resulta más llamativo porque del espacio rectangular que ocuparía una puerta (que no la hay), se deja entrever una obra gigantesca de 300 x 600 cm hecha totalmente con botones y retazos de tela. Los colores que utilizó el chaqueño Milo Lockett, hacen que mover el ojo del paño de tela sea una cosa imposible. Sin embargo, en un suspiro, la vista se desvía y enseguida vuelve a quedar atrapada por la rareza de una escultura objeto color amarillo, cuya forma, es una mezcla entre un elefante y un perro, animales recurrentes en sus obras. A pesar del ojo obnubilado por el impacto que producen los colores tan brillantes que utiliza (el rojo, el amarillo, el verde, el naranja y rosa), otro elemento fundamental para el artista oriundo del Chaco, son las palabras que, como figura no se les puede prestar atención pero, como fondo o contexto, tienen un significado concreto. Una obra no es solamente mirar el dibujo, sino también lo que lo contiene. Amor, paz, abrazo y caricia son los conceptos que más aparecen en los cuadros de Lockett quien, similar a Giménez, intenta también dar un mensaje o por lo menos llamar, a los que están disfrutando de verlas, a la reflexión, al pensamiento y a la conmoción. Muy cerca de la salida a la terraza-muelle, se abre paso el último cuarto de la exposición. Una vez más, Felipe Giménez impresiona con la sencillez de sus dibujos que desembocan en un pensamiento profundo. Con un fondo rojo impactante y de un tamaño mediano, cautiva “No fue fácil llegar juntos”. En el dibujo aparece un pequeño modular, una puerta de fondo y una mesa pero, en el centro, una “pila” de objetos como sillas, relojes, cacerolas, mascotas, libros y dinero, entre otros, son el sostén de una pareja que se abraza en la cima. De manera muy gráfica y entendible, Giménez plasmó todo aquello por lo que una pareja tiene que pasar para estabilizarse, consolidarse y llegar al destino común que tanto planearon, en donde, las dificultades, procesos y “cosas” que soportaron son los cimientos fundamentales de la construcción que lograron juntos. Al salir del primer recorrido es casi inevitable la reflexión acerca de lo que se vio dentro. No fueron solamente colores, elementos, palabras, dibujos o líneas unidas en un cuadro o escultura bajo el sello de un edificio como lo es el Museo de Arte de Tigre, que realmente inspira, sino que se da lo que los artistas buscaron con su simpleza, desestructuración, no limitación y sin “categoría” que los englobe en un estilo, pero si la evocación a pensarse, auto criticarse, conocerse y verse reflejado a través del arte lo fuera, estaría perfectamente logrado. Ya fuera del laberinto constituído por los cuartos donde son expuestas las obras de vanguardia, una gran escalera de mármol blanco de doble circulación irrumpe el tránsito hacia la salida por dos motivos: no se asemeja a lo que se acaba de vislumbrar y por su solemne presencia. Pisarla y explorarla es ineludible y, de una manera u otra, anticipa lo que se va a ver en el primer piso del Museo de Arte de Tigre, donde la colección de obras del Municipio están expuestas para que todos la puedan disfrutar. El segundo nivel ofrece totalmente lo contrario a lo expuesto por Lockett y Giménez. Dejando lo impactante y llamativo de lado, el salón oval que antes supo ser el cuarto de baile por las épocas cuando el Tigre Club todavía funcionaba, hoy está convertido en una sala de exposición de arte argentino figurativo que abarca desde finales del siglo XIX a mediados del XX. La parte inicial del recorrido en el salón del primer piso, contiene pinturas sobre “el Tigre y el Delta”, donde pintores como León Palliere, Horacio Buttler, Carlos Barberis y acuarelistas como Jorge Larco y Agustín enguía; se encuentran inmortalizados. En un cuarto cercano, Carlos Pellegrini, Juan León Palliere, Juan Mauricio Rugendas, José Aguyari, Eduardo Sívori y Angel Della Valle tienen su lugar merecido por ser los precursores del arte argentino. Asimismo sucede con el Grupo de la Boca, es decir, los pintores que tuvieron como fuente de inspiración aquel barrio porteño pero, especialmente, el puerto. El reconocido Benito Quinquela Martín, así como, Miguel Carlos Victoria, Fortunato Lacámera, son sólo algunos de los autores de los cuadros expuestos. Ya se vio vanguardia, pinturas dedicadas al delta y otras tantas dedicadas al puerto de la Boca, pero sin embargo, no es todo. El arte figurativo cuya temática tiene que ver con la figura humana, encuentra su lugar en un cuarto cercano a la nueva salida. Pintores como Víctor Cónsulo, Antonio Átice, Antonio Berni Y Lino Spilimbergo son sólo algunos de los exponentes. El MAT (Museo de Arte de Tigre) tiene para todos los gustos, ninguno parece quedar exluído de la inmensa variedad de cosas para ver en un lugar donde los godeos personales no importan tanto como abrir la mente. Para eso, lo necesario es dejarse llevar y hundirse en la basta variedad de estilos, colores, personalidades, telas, texturas y trazos, para intentar comprender de otra manera aquello que llamamos arte.
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El fútbol para todos, un hecho cultural

El llamado "Fútbol para todos" es un programa que depende de la Jefatura de Gabinete de Ministros y se encarga de explotar los derechos de la transmisión en vivo de los torneos de Primera División de la Asociación del Fútbol Argentino, disputados desde agosto de 2009. Los diez partidos de la fecha se emiten por la TV Pública y por aquellos canales que previamente firmaron un contrato con la Jefatura de Gabinete, en el que aceptan, entre otras cosas, respetar los videos (imágenes), los audios (relatos y comentarios) y las tandas comerciales propias (publicidad oficial e Iveco).
Antes de que el fútbol volviera a ser "para todos", ese tema del fútbol cultural, que la Argentina adoptó desde fines del siglo XX, cuando Gran Bretaña trajo el deporte a estas tierras y se lo adoptó como "deporte nacional", se había perdido de algún modo. Ya que sólo tenían acceso a disfrutar del espectáculo deportivo quienes abonaban un servicio de cable, ya que eran transmitidos por la señal TyC Sports (aunque no todos), parte de los cuales, además contrataba un servicio extra (televisión codificada), o bien, quienes tenían la dicha de ir a la cancha. En definitiva, era un fútbol para pocos.
Pero la vuelta del llamado "Fútbol para todos", no sólo permitió que la población tenga mayor acceso a disfrutar de tan maravilloso espectáculo como es el fútbol, sino que además devolvió parte de la cultura argentina que tiempo atrás se había perdido. Debido a que en un país con gran variedad cultural como la Argentina, vemos como un 1.4% de la población (por lo general masculina) se "manifiesta" ya sea, practicando el deporte, o simplemente siendo simpatizante de algún equipo. El fútbol incluye ciertas costumbres: lo practican los chicos en las calles, canchas, clubes; se arman equipos para disputar torneos; se hacen reuniones para ver un partido por televisión; se va a la cancha. Tiene ciertas reglas y normas, que quienes practican este deporte deben cumplir. Los aficionados también suelen hacer rituales, que en algunos casos involucra la religión, o bien, tienen cábalas: cada individuo se prepara de manera distinta cuando va a ver por televisión o alentar a la cancha a su equipo, y más si se trata de un supercásico.
Lo cierto es que con el "Fútbol para todos", muchas familias volvieron a unirse y se sientan cada fin de semana frente al televisor para disfrutar de un partido de fútbol, o por qué no de una fecha completa si se es un aficionado de este deporte, y no tienen que esperar hasta el domingo a la noche para ver "Fútbol de primera", donde se mostraban todos los goles (que en ese momento si no se veían en el partido, no había repeticiones), las jugadas polémicas, un partido no transmitido, etc.
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Cicatrices

Ficha técnica:
Título Original: Cicatrices
Título en Español: Cicatrices
Dirección y argumento: Francisco “Paco” del Toro
Guión: Francisco “Paco” del Toro y Verónica Maldonado
Protagonistas: Rodrigo Abed, Nora Salinas, Susana González, Marta Aura
Reparto: José Roberto Hill, Joana Brito, Leonor Bonilla, Evangelina Sosa, Fernando Vesga, Bryan Rangel
Año de Producción: 2005
Formato: 35mm
Estreno Mundial: 9/15/2005
Casa Productora: Armagedón
País Productor: México
Género: Drama
Sitio Oficial: http://www.armageddon.com.mx/cicatrices/
La violencia familiar es un problema social, que afecta a un gran porcentaje de familias cualquiera sea su comunidad, su nivel socio-económico y su cultura, etc.
En el film mexicano “Cicatrices” (2005), dirigido por Francisco “Paco” de Toro, vemos un ambiente colmado de violencia intrafamiliar, debido a una constante lucha entre un matrimonio, donde el que sale perjudicado es un pequeño niño que no logra soportar las heridas del corazón. A su vez, la mujer soporta los golpes físicos y psicológicos, causándole cicatrices que ni los años pueden sanar.
Julián y Clara son un matrimonio monótono y desamorado, de clase media que viven en una pelea diaria por demostrar quién tiene la última palabra en el hogar. Todo comienza con gritos, después insultos hasta llegar a las agresiones físicas. Distintas situaciones llevan a la pareja a ponerle un punto final a la relación, en la cual, el que se lleva la peor parte es el pequeño hijo. Esto da como mensaje que las heridas del corazón tardan más en sanar que la de los golpes físicos.
El director, tiene un compromiso y busca reflejar las problemáticas que afectan a la sociedad, no sólo en este film, sino en los otros seis que completan la saga que mezcla problemáticas sociales cotidianas, con el cristianismo.
El tema principal del film, es la violencia doméstica, la cual tiene una raíz cultural, ya que durante años, nuestra sociedad ha sido machista: el hombre se creyó con todo el derecho a controlar. En este caso, el matrimonio es una lucha constante por ver quien tiene el dominio de la casa.
La cultura es la herencia social, es la manera que los seres humanos solucionan problemas de adaptación al ambiente o a la vida en común.
En la cultura actual, también se lo puede reflejar, ya que en este tiempo, el hombre opta por el uso de la fuerza física para resolver problemas, manteniendo así, el control y el poder sobre la mujer.
A este tipo de problema se lo puede definir como cultura de violencia, la cual tiene como finalidad, resolver cualquier tipo de conflicto cotidiano, mediante la violencia y tomarlo como algo natural y como único medio para resolver estos problemas.
Hay varios motivos por lo que se puede decir que vivimos en una cultura de violencia, y el film resalta alguno de ellos: el maltrato (por parte de Julián a Clara), la intolerancia del protagonista, la falta de diálogo en la pareja, solucionar o finalizar las peleas con violencia.
Sobre el final del film, Clara (la protagonista), confirma que como todo problema cultural, es posible cambiar la violencia intrafamiliar.
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RUINAS DE SAN IGNACIO MINÍ

En pleno centro de la localidad de San Ignacio, a 60 kilómetros de Posadas, se puede apreciar un contraste entre la tierra colorada y el verde intenso de la tupida vegetación de selva misionera, que rodea el relieve de las Ruinas de la Reducción de San Ignacio Miní. Se trata de los restos de una civilización jesuítica, fundada por el padre Roque González de Santa Cruz, con el fin de evangelizar a los nativos guaraníes, allá por el año 1610.

San Ignacio Miní fue una de las 13 reducciones fundadas por los jesuitas españoles desde 1554.

Poco más de dos décadas después de la fundación, en 1631 para ser precisos, la mayor parte de las reducciones fueron bloqueadas y destruidas por los llamados “bandeirantes” paulistas (hombres que invadían territorios partiendo de San Paulo). Las únicas en resistir fueron las de San Ignacio y Nuestra Señora de Loreto. Aunque un año más tarde se trasladaron hacia la región de Paranaimá. Ese no sería su destino final, ya que en 1696 sufrieron nuevamente la represión de los “bandeirantes” y se instalaron cerca de la unión de los ríos Rayas y Paraná, límite de las Altas Misiones y las Bajas Misiones, donde hoy se pueden visitar. De ahí surge el nombre San Ignacio Miní, que significa “la menor” en guaraní.
En el siglo XVIII, la misión contaba con más de tres mil habitantes, además de una rica actividad artesanal y cultural, favorecida por su estratégica ubicación sobre el río Paraná. Pero en 1768, fue abandonada por completo y, finalmente, fue destruida por los paraguayos en 1817 para transformarse en lo que hoy se conoce como Ruinas de San Ignacio.
Las Reducciones Jesuiticas de San Ignacio, son una clara huella de la hazaña de los padres jesuitas, de evangelizar y educar el territorio que hoy se conoce como Misiones.
Las ruinas se terminaron de restaurar en forma total en 1940, lo que permite poder apreciarlas en la actualidad, siendo así un centro de peregrinación constante y un destacable atractivo turístico de la provincia de Misiones.
Dentro del territorio argentino, San Ignacio Miní, es la mejor conservada. Caminando entre las ruinas, una música barroca acompaña a los visitantes y los sumerge en un viaje en el tiempo, en el cual se puede imaginar cómo habrá sido la vida en las casitas de los indígenas y las viviendas de los jesuitas. Al recorrer, se puede apreciar una plaza central, rodeada de la Iglesia, la Casa de los Padres, el cementerio, las viviendas y el Cabildo. Además, se pueden observar algunas artesanías auténticas y recorrer establecimientos yerbateros y demás cultivos. Para que la visita sea entretenida e informativa, dentro de la construcción se encuentra un centro de interpretación que provee información sobre la historia y cultura de las misiones.

Las Ruinas Jesuíticas de la Misión de San Ignacio Miní, junto con las de Nuestra Señora de Loreto, Santa Ana y Santa María la Mayor (actualmente en Argentina) y São Miguel (Brasil) fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1984.

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miércoles, 27 de julio de 2011

Un pequeño paisaje dentro de una gran ciudad

Por Rocío Paz

El sol calentó en medio de este crudo invierno a Buenos Aires, un buen clima que favoreció para que las personas paseen por las atracciones que tiene la ciudad porteña. El Jardín Japonés fue una buena opción para muchos.

Este fin de semana fue una fecha especial. Durante los primeros días de julio, el pueblo japonés festejó Tanabata- “El festival de los Deseos”. En esta ocasión, los asiáticos invitaron a participar de la celebración a todo el público presente.

Al entrar, se veía a las personas muy ansiosas buscando desesperadamente el papel donde colocar su deseo, y así, poder colgarlo del árbol de bambú ubicado en la entrada del museo.

“Mamá, dóblalo así los demás no leen tu deseo”; “Mamá, mi hermana quiere que le diga que voy a pedir”; entre otras frases se oyeron en el hall dónde se encontraban las mesas azules con papeles amarillos y celestes, que esperaban ser escritos por el público presente.

Doblados y colgados de una cinta roja, los deseos esperaban una ráfaga de viento que los llevara hasta la esfera de los dioses para que éstos ejercieran su poder y los cumplieran, como dice la leyenda. A su vez, el mito original expresa que es el único día del año dónde la Princesa Tejedora (la estrella Vega) y su amante, el boyero Altair, cruzan la Vía Láctea para encontrarse, por eso, es mencionado también como una fecha para el amor.

Además de este acontecimiento, se ofrecieron otros eventos: exposición de Kimonos (vestimenta típica del país) y un concierto de canciones japonesas.

Los rayos del sol transformaron a la tarde invernal en un cálido ambiente que propició que los participantes recorrieran cómodamente las instalaciones del jardín. Mientras caminaba por el puente, escuché los gritos de un nene hacia su padre: “mirá papá, ese pez se cree delfín”. Así fue. A la par de algunos salmones que se encontraban concentrados en un solo lado del lago, debido a que la gente les arrojaba alimento, había un pez que se dedicó a hacer piruetas para los más chiquititos. De forma vertical, paseó de izquierda a derecha por el agua. La gente, con una sonrisa, miró asombrada.

En el recorrido, la mirada se perdía por la mezcla del verde, en lo más alto de su pureza, con colores como fucsia, rojo o amarillo que tenían las flores que lo decoraban. Aunque el Jardín Japonés es pequeño, y carece de monumentos impactantes o de algún entretenimiento específico, estar en contacto con la naturaleza en medio de una ciudad tan llena de grises, permite que uno logré relajarse y contemplar la sencillez del ambiente.

Para los que viven en un ritmo vertiginoso toda la semana, es una buena opción para frenar e intentar adquirir esa espiritualidad que se transmite en el aire, bajar la velocidad de la razón y comenzar a aguzar los sentidos. Muchos despreocupados caminaban con el mate bajo el brazo, hablando de cualquier cosa. Los extranjeros, como siempre, se llevaron el premio de la tarde: fotos, fotos y más fotos.

Por el camino vi desfilar a una serie de personajes muy particulares… todos tenían un estilo diferente, sin embargo, estaban reunidos ahí con una determinada intensión: contagiarse de la cultura oriental, basada en las buenas energías, en la espiritualidad y en el culto a los antepasados.

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Matrimonios y algo más

John Curran dirige “Ya no somos dos”, una película que muestra la vida de dos matrimonios desgastados. La raíz del film nace en las infidelidades de los integrantes y en el desarrollo de las mismas.

Por Rocío Paz

Música, risas y miradas cómplices. Cada uno de ellos asume la verdad que los corrompe. Hank pasa la mano por la cintura de su mujer, deseándola. Terry envidia esa atención. Jack, su marido no le demuestra importancia, no la busca, no la provoca, solo la juzga. Así comienza “Ya no somos dos” un film donde se afirma a la infidelidad, la traición y la mentira como raíces de las relaciones actuales.

Este extraño cuarteto convive en un círculo vicioso sin escrúpulos. Los cuatro se encuentran insatisfechos con su vida. Jack Linden (Mark Ruffalo) y Hank Evans (Peter Krause) son profesores universitarios que suelen armar reuniones junto con sus parejas. Hank manifiesta ser un escritor, frustrado por no obtener la publicación de alguna de sus obras. Jack, se muestra como una persona harta de su rutina, cansado de su esposa y el desorden, intentando ejercer su rol de padre lo mejor posible.

Por el otro lado, se encuentran la mujer de Jack, Terry (Laura Dern), quien es la mejor amiga de Edith (Naomi Watts), esposa de Hank. Ambas son totalmente diferentes. A pesar que las dos son amas de casa, Terry es sumamente desprolija, no ordena, no cocina, y no es una madre tan presente en la vida de sus hijos. Edith, es todo lo contrario. Con una casa reluciente, detallista y prolija a la hora de cocinar para su marido, y con una única hija con la cual se encarga de prestarle la atención que necesita.

En este film se presentan varias situaciones particulares. Por un lado, Terry demuestra tener un problema con el alcohol ya que suele tomar más allá de las reuniones, en sus momentos de ocio tiene como vicio servirse un vino. El alcoholismo es claramente una manera de escaparse de su rutina, de ocultar sus miedos, de no enfrentarse con la realidad pura: un matrimonio desgastado, una vida sin motivación alguna, las típicas ataduras del ser ama de casa, la dependencia hacia su esposo, el desprecio del mismo, todas aquellas cosas que hacen miserable su vida, y que en un intento de desesperación, busca cambiarlas en un primer momento en la bebida, y cuando cree que todo está perdido, “haciendo buena letra” al sospechar que su marido mantiene un romance con otra persona.

Edith es la mujer perfecta, pero eso no alcanza para Hank. Un hombre egoísta, ambicioso, competitivo. Su mujer sabe que él puede vivir perfectamente sin ella, no es su pieza necesaria en el rompecabezas de la rutina. Edith sufre por eso, y se refugia en los brazos de Jack. Hank sabe que Edith tiene ese consuelo externamente, lo permite, y hasta lo agradece.

El punto clave de la película está cuando Terry comienza acercarse a Hank. Increíblemente, lo hace público ante su marido. Busca la provocación del mismo, que lo sepa, que reaccione. Sin embargo Terry no imagina que su amiga Edith es quien mantiene el romance con Jack. Esta mezcla de parejas desembocará en la ira y obsesión, a la vez, de los personajes.

Terry busca deshacerse de Jack en su vida, él intenta retractarse con ella cortando todo tipo de vínculo con Edith. Hank aprueba la unión entre su mejor amigo y su esposa, ya que lo considera beneficioso para su trabajo: “es más fácil vivir con una persona que se siente amada” justifica. Por su parte Edith decide preservar a su hija de toda esta situación, una vez que Jack corta con su vínculo y se va hacia lo de su madre.

“Ya no somos dos” muestra a la infidelidad como algo ya cotidiano en las parejas de hoy. En las sociedades actuales las relaciones ya no son construidas sobre las bases de la fidelidad y mucho menos del amor eterno. A diferencia de otros tiempos, hoy por hoy, todos pueden ser reemplazables. Los valores cambiaron, y los vínculos se disuelven como agua ante las necesidades de cada uno. Se busca complacerse a modo individual y no en conjunto. Así lo demuestra Hank, quién necesita de la relación entre Jack y Edith, para poder ser exitoso con lo que hace.

El film muestra a personas egoístas e infantiles. Ninguno, a pesar de las atenciones cotidianas que reciben, ejerce el verdadero rol de padre. La infancia queda desdibujada ya que sus propios chicos son quienes enfrentan aquello que sus padres niegan ver, que su pareja está desgastada, rota y basada en una ficción de valores.

“Ya no somos dos”, de John Curran, contrapone la historia de dos matrimonios diferentes pero con una misma igualdad de condición. Desamor, fracaso, mentiras e infidelidades son las raíces de este relato, que por momentos, se estanca en la imposibilidad de avance, de madurez o de cambio de sus propios protagonistas.

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Antes de prócer, un hombre

Por Rocío Paz

Revolución es el film nacional que narra la historia de San Martín y el cruce de los Andes, interpretado por Rodrigo De la Serna. Este es el primer film y la apuesta más fuerte del director Leandro Ipiña, producida en conjunto con la TV Pública / RTA, Canal Encuentro, TVE, Wanda Films y Lusa Films y el auspicio del Incaa.

“Revolución” no es una típica película histórica. Si bien, expone hechos como lo fueron las batallas libertadoras y el cruce de los Andes, intenta plasmar en su relato la imagen de San Martín como hombre más allá de la figura simbólica creada en el imaginario colectivo.

Leandro Ipiña es un joven director, de tan sólo 34 años, que se cargó en su debut en la dirección a una personalidad fuerte como lo fue San Martín. Ipiña desempeñó el cargo de ayudante de dirección en “Iluminados por el fuego”, que tuvo repercusiones muy positivas. Hoy con una tarea más pesada y junto a un gran elenco tuvo la responsabilidad de eliminar los mitos y las ideologías del “padre de la patria”.

A diferencia de “Iluminados por el fuego”, Ipiña estuvo a la cabeza de un film cuyo proyecto comenzó hace más de cinco años, a través de investigaciones sobre la vida de este personaje, junto a su equipo.

Esta vez, con Rodrigo De la Serna al mando, enfatizaron los modos de vida del General San Martín llevando la visión más allá del cruce en sí, mostrando el detrás de la historia como lo fue la imagen de un General dolorido a causa de una tuberculosis, débil en la intimidad y fuerte dentro de su tropa.

El relato se sumerge a través del recuerdo de un hombre que convivió con el General y confiesa la intimidad del cruce, pero no contiene escenas de batallas propiamente dichas.

Para los fanáticos de la historia y críticos de los manuales tradicionales puede parecer algo simplista porque no se enfoca en lo minucioso del relato históricamente, sino que este largometraje centra su mirada en la construcción del prócer. La raíz del cómo fue ser San Martín.

Rodrigo De la Serna se encuentra caracterizado física como espiritualmente en un verdadero hombre patriótico, dónde las emociones se encuentran a flor de piel, la ira, el nerviosismo, la utilización de la lógica y el método, la astucia y la confianza tanto en sus hombre como en su ser son aquellos detalles que conforman al mito.

Acompañado a todo esto, una ambientación colonial exacta, jugando con los claros y oscuros. La combinación de planos provoca un dinamismo en el relato y un acercamiento del público hacia los detalles.

“Revolución” es una coproducción con la TV Pública / RTA, Canal Encuentro, TVE, Wanda Films y Lusa Films y el auspicio del Incaa. Según su director, tuvo plena libertad de ambas partes para contar la historia del General San Martín.

En comparación con “El Santo de la Espada”, acá se buscó recrear como un hombre al prócer que convivió con otros siendo fiel a sus principios, con un carácter fuerte y con una apariencia determinada frente a los propios. Mientras que en la película de Torre Nilsson, San Martín fue un hombre plenamente autoritario, distinguido por ser “el padre de la patria” y dueño de la misma. Se resaltan los honores y lo cosechado como algo netamente individual.

“Revolución” parte de la base de toda crítica ante esta paternidad adjudicada a San Martín. Se muestra un personaje realmente preocupado por la unión Latinoamericana, y por la necesidad de un crecimiento político a nivel regional. Llevado al presente, se lo puede relacionar con el crecimiento de las relaciones internacionales con los países cercanos. Como expresó su director, “habla de la causa americana, nunca dice la causa argentina o de las provincias unidas del Río de la Plata. Era gente que bregaba por la unión de todo un continente porque entendía que cada uno tenía una cosita diferente que dar, eso lo plantea Bolívar”.

Por otro lado, esta historia también sigue con la línea de identidad nacional que se promueve desde hace ya varios años desde el Gobierno, y se acrecentó en el Bicentenario con todo el despliegue que se produjo en los monumentos históricos y en Capital Federal.

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Cualquier semejanza, ¿pura coincidencia?

Hace dos años atrás, la Asociación de Fútbol Argentino retiró los derechos exclusivos de la televisación de los partidos al Grupo Clarín. De esta manera, firmó contrato con el Gobierno y habilitó a que los canales de aire sean quienes transmitan los encuentros. Así el público puede sintonizar cualquiera de los partidos, sin tener que estar a la espera de un resumen de la fecha el domingo a la noche.

Por Rocío Paz

Hace dos años que este modelo parece exitoso. Si bien, la libre transmisión de fútbol ha dado más pérdidas que ganancias, y ha sido la gota que rebalsó el vaso entre el Gobierno y el Multimedio, la gente recibe cada fin de semana eternas jornadas de fútbol.

Cada encuentro es televisado por diferentes canales de aire. Obviamente el cambio fue brusco para sus espectadores, quiénes debieron acostumbrarse a nuevos relatores, fallas técnicas y jornadas extensas en un mismo día, todas aquellas imperfecciones que tiene una empresa que no se encuentra preparada para un gran despliegue, como sucede con canales como Crónica TV, CANAL 26 o América.

Si bien cuando la asociación entre ambas identidades se dio a conocer fue desafortunada la comparación y es recordada por todos- referido al Monopolio y el uso de los encuentros cuyos goles fueron “secuestrados” – podemos trasladar esta inserción del gobierno dentro del ámbito deportivo a la época de Perón.

Juan Domingo Perón se caracterizó por sustentar al deporte nacional con diferentes recursos. Esto se hizo posible debido a la asignación de fondos estatales para la actividad pública como privada, como sucedió con Racing Club que logró levantar su estadio gracias a este plus o los subsidios y premios que se le ofrecieron a deportistas destacados, ya que a muchos se los ayudó a la hora de gestionar los viajes al exterior para su competencia. A su vez, organizó competiciones nacionales e internacionales, como los Torneos Juveniles Evita y los Iº Juegos Panamericanos.

El gobierno de Perón se caracterizó, como todos sabemos, por ser un estado popular e intervencionista. Tras el deporte, y más que nada en el fútbol, Perón logró acaparar la atención de la masa. Un triunfo de un deportista, era una victoria argentina. Sosteniendo que en nuestro gen de argentinos reinaba la individualidad, por tal motivo, debíamos unirnos tras el deporte que no sólo era una práctica física sino que alimentaba el espíritu de unión.

Trasladando la visión hacia la actualidad “Fútbol para todos” retoma esta idea. Desafortunadamente, se vio manchada por una disputa de poderes entre el propio Gobierno y los medios dominantes. Ya que, Néstor Kirchner fue quién le renovó años atrás a los ya mencionados las licencias que conforman el monopolio.

Hoy por hoy, los encuentros se ven empapados de propaganda oficialista que empaña lo que significó este cambio de derechos. Que logró la aparición, nuevamente, de periodistas deportivos que habían quedado olvidados por el monopolio. También, le dio otro color al fin de semana ya que los amantes del fútbol pueden disfrutar de una seguidilla de partidos. Y a su vez permitió el acceso a todos ya que no deben poseer televisión por cable para verlos.

Aunque todavía no se terminó de definir en el razonamiento colectivo si este cambio terminó siendo positivo o no, “Futbol para todos” realza al estado como intervencionista inspirado netamente en las bases del peronismo inicial que busca estar presente en todas aquellas actividades que incitan al crecimiento de una nación, sea económico o exclusivamente político. Guste o no.

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viernes, 22 de julio de 2011

La memoria Sociedad Anónima



El 16 de septiembre de 1976 un reducido grupo de estudiantes secundarios de la Escuela Nro 3 de La Plata fue secuestrado luego de participar en una campaña por el boleto estudiantil. El operativo fue realizado por el Servicio de Inteligencia del Ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra "el accionar subversivo en las escuelas".  Este hecho es recordado como «La noche de los lápices».

El diario La Opinión publicó en 1973 un suplemento dedicado a los fenómenos políticos entre los adolescentes. En dicho artículo se difundieron los resultados de una encuesta que realizó entre 250 estudiantes. El 30,3% de los jóvenes encuestados tenía algún tipo de participación política.  En la historia de nuestro país los golpes de Estado siempre estuvieron al servicio de la clase dominante y del imperialismo.

Aún hoy, en democracia a más de 35 años de esa época oscura, el «consumismo» atropella los lugares que deberían al menos ser investigados antes de eliminar las sospechas de que algo que no está claro realmente ocurrió.

Se trata de un predio de unas 5 hectáreas ubicado en el cruce de Thames y Panamericana, en la localidad de Villa Adelina en el Partido de San Isidro. Allí se erigía la casa oficial de fin de semana del dictador Emilio Eduardo Massera y aún pueden verse los respiraderos de los enigmáticos estacionamientos subterráneos.


Con la participaron de jóvenes profesionales junto a la Gendarmería. Se realizaron excavaciones y pericias en distintas partes del predio donde habría funcionado un centro clandestino del Servicio de Inteligencia Naval.

         Es la primera vez desde la llegada de la Democracia que se realizan investigaciones bajo tierra en el lugar. En ese perímetro se planea construir un centro comercial próximamente si la justicia da luz verde a la venta del predio y todo parece indicar que así será.

La publicidad no deja dudas. Ya se ofrecen locales para el futuro shopping para la venta de artículos “Made in China” en un lugar, que no es como otros. El mundo en el que vivimos está lleno de invitaciones a la compra, disfrazada de falsas promesas para alcanzar la felicidad. Riqueza y bienes, parecen ser dos palabras mágicas a las que todos quieren acceder, sin importar cómo y dónde.

Los ex vecinos de Massera saben que muy pronto la zona será un floreciente polo comercial más del norte del gran Buenos Aires. En caso de resolverse avanzar con la construcción de un Mall, puede no solo enterrar la memoria para siempre, sino provocar un boom inmobiliario para una zona que parecía estar relegada.

Memoria y conveniencia se conjugan en un sector que solo quienes lo padecieron saben de qué se trató. A metros de donde pasan por día miles de automovilistas, el que fuera el amplio jardín de la casa de Massera ahora cuenta con custodia las 24 horas, las zonas observadas fueron protegidas con rollos de media sombra y por el momento cualquier actividad en esa parte del perímetro está prohibida. Hasta el solo hecho de recordarlo.
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We don't live here anymore

We don´t live here anymore del  director Jonh Curran es un drama  que pone en juego la vida de dos matrimonios con sus hijos. Es una película que muestra lo que tantas veces vemos en la vida real, la infidelidad; pero aquí de una manera muy particular, ya que son dos parejas amigas que se cruzan entre sí.
Los  esposos trabajan juntos en la universidad de una pequeña ciudad. Jack Linden (Mark Ruffalo), y Hank Evans (Peter Krause), tienen una amistad que en un principio parece normal, ya que comparten sus problemas personales, salen a correr, y toman un trago juntos después del trabajo. Por el otro lado tenemos a Terry (Laura Dern) la esposa de Jack, que es la mejor amiga de Edith (Naomi Watts),  la mujer de Hank. Debido a la amistad que existe entre los cuatro, constantemente se reúnen en las noches, para compartir cenas, copas de vino en demasía y música interminable.
Hank es un escritor egocéntrico, que a pesar de que ama a su hija y a Edith no sabe como demostrarlo y además le resulta muy complicado ser fiel. Jack y Terry, como le pasa a muchas familias, deben velar por el sustento de sus pequeños hijos y muchas veces los problemas económicos producen discusiones en la pareja.
La historia muestra el lado más oscuro de la infidelidad, la crueldad de la mentira, la complicidad, el engaño en las narices, el poder de los deseos carnales por encima de la familia. Es así como Jack y Edith logran romper con el equilibrio de cada uno de los matrimonios y muchas veces hacen que el espectador sienta que está frente a un intercambio de parejas conocido en inglés como swingers, el cual se da con el consentimiento  de ambos.
Jonh Curran muestra en este filme como la felicidad al igual que la mentira es muy difícil simularla y tarde o temprano se descubre la verdad. Pero es muy interesante ver como el director no es la primera vez que en una de sus películas recurre al recurso de la infidelidad, ya que,  también lo hizo con la película The Painted Veil, que se estrenó en los Estados Unidos en el año 2006. Curiosamente también repite su protagonista Naomi Watts.
En ambas películas y en la vida real la infidelidad se vive como la peor traición de pareja. Las relaciones extramaritales pueden ser producto de crisis o problemas en el dúo, sin embargo, el engaño no solo se trata de un evento sexual, sino que por lo general él o ella busca en el tercero aspectos físicos, intelectuales, emocionales, de atención, económicos, entre otros.
Por otro lado, el tema de la traición surge porque desde que nacemos la sociedad nos educa para pensar que la monogamia es el tipo de relación en la que debemos vivir y por lo tanto hay muchos argumentos de la educación que así lo determinan. Los factores se conformar por la moral, los valores, las costumbres, las normas y formas de comportamiento que indican a los individuos constantemente qué es lo correcto y qué no.
Otro de los aspectos importantes a destacar de todos los protagonistas de ambas películas, es que todos son infelices de una u otra manera  y tratan de escapar de la realidad, manteniendo en secreto una relación con su amante porque supuestamente obtienen lo que les hace falta en casa. Sin embargo, tarde o temprano la historia oculta sale a relucir, un engaño no se puede ocultar toda la vida, los seres humanos no son perfectos y en cualquier momento deben enfrentar las consecuencias de sus actos como sucede en las producciones de Curran.

Cuando se descubre la verdad, ahí conocemos una de las facetas del individuo, la capacidad de perdonar; pero en muchas ocasiones ese perdón no sucede, se da el divorcio de muchas familias y el sufrimiento de los hijos que ven como se les cae a pedazos el hogar que en algún momento tuvieron. Sin embargo hay parejas que se perdonan, aceptan sus errores, se dan cuenta que ante un fracaso la culpa es de los dos y comienzan a construir de nuevo un mundo lleno de sueños y esperanzas juntos.
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La ventana de enfrente



                El director relata las múltiples variantes dentro de las vidas de los protagonistas. Por un lado un amor formal y lleno de rutinas e insatisfecho, un amor prohibido que puede derivar en una aventura que lleva a quebrar la monotonía de una pareja, por otra parte una historia con David (Massimo Girotti) donde la protagonista comienza a desentrañar misterios y a descubrir la fórmula para manejarse en la vida con otros valores; su lugar y sus espacios vacíos se completarán con consejos, decisiones, comportamientos y sabiduría que los años solo pueden acercar. La película transcurre en dos frentes bien marcados. 

            El amor y la exploración en el trancurrir de la vida. Las historias están expuestas y contadas, sin dejar nada librado al azar. Ferzan Ozpetek es abiertamente gay y trata el tema de la sexualidad en varias de sus películas. Cuando se produce un conflicto de pareja, por lo general debido a la falta de comunicación tienden a culparse unos a otros en lugar de considerarlo como un problema que puede resolverse.  

              Un día de camino a casa el matrimonio se cruza con un anciano, David, que parece estar desorientado. A pesar de las protestas de Giovanna, Filippo insiste en llevarlo a casa para acompañarlo a la policía al día siguiente.  

Pero lo que en principio iba a ser una noche pasan a ser días, durante los cuales el hombre parece recordar algo de su pasado que lo tortura. El director turco-italiano justamente pone la lupa en la rutina y en el amor. Nos acerca una narración que refleja una relación de pareja, donde la chatura se apodera de todo y en la que ni los hijos hacen pensar un matrimonio feliz.

En «La ventana de enfrente» aparece una aventura fogosa con un amor efímero que se introduce repentinamente movilizada por impulsos. Giovanna, la protagonista, no ve con malos ojos vivir una aventura con el vecino del edificio de enfrente. Solo unos pocos metros los separan.

El entorno de su familia no permite que esta relación llegue a los lugares que ella en silencio parece soñar. Es víctima de la culpa, que llega a enfriar esa  relación prohibida. Lentamente va tomando conciencia que detrás de sus actos hay una familia que puede salir lastimada. Indudablemente el matrimonio de Giovanna fracasó y ella se hace cargo, pero al mismo tiempo no se anima a dejarse llevar por una relación que le gusta pero que puede resultar riesgosa.

Es por eso que dejarse llevar, confiar en el otro, aprender a vivir juntos en el pequeño espacio con cuatro paredes, estar abiertos al mismo tiempo sin olvidar nunca de comunicarle al otro los deseos, planes, proyectos y necesidades. Aceptar ser uno mismo con los defectos y límites. Eso sería un buen antídoto contra el sabotaje matrimonial y un buen comienzo para evitar problemas en la pareja.

David, el experimentado personaje que se mete en el matrimonio, es la voz de la experiencia y que le deja copiar a Giovanna su manera de conducirse y ese comportamiento le agrada. Al menos no se siente tan sola. Le queda el recuerdo de personas que modificaron su manera de vivir la vida, hasta el punto que adopta otros criterios y toma como su maestro al anciano.

El cine italiano tiene en su primer filmografía a “Humberto y Margarita de Saboya de paseo en el parque’, de Vittorio Calcina, del año 1896. Estas  primeras películas eran cortometrajes que se encargaban de documentar la realidad pura. Pareciera que nada cambió mostrando una cruda actualidad de una pareja que sigue adelante por impulsos y consejos a veces un poco interesados.



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Precious: película o realidad

Precious es una película dramática estadounidense dirigida por Lee Daniels, la cual contó con un bajo presupuesto para su realización, tan solo 10 millones de dólares.  Es un drama que muestra la cruda realidad, no solamente de su protagonista sino de muchas personas que sueñan con salir de la miseria, de la pobreza, de los abusos físicos y psicológicos que los asechan en su vida cotidiana. Lo cierto es que la producción y dirección de Daniels logra cautivar a su público con un relato desgarrador muchas veces difícil de creer.
Podríamos imaginar que por el título de la película sería un historia maravillosa, con un protagonista bella, como en el caso de la película también producida por la compañía Lee Daniels Enterteinment  Monsters Ball en la que participó Halle Berry y logró consagrarse como la primera actriz afroamericana negra en ganar el  Oscar en la categoría de mejor actriz; pero no, por el contrario Clareece Precious Jones (Gabourey Sidibe), es una adolecente de 16 años, fea, analfabeta, obesa e inadaptada socialmente. Tuvo su primer hijo a los 12 años el cual tiene síndrome de Down. Ella está embarazada de su segundo hijo, y por si fuera poco el padre de ambos bebés es su propio padre.
Lee Daniels ha puesto en pantalla los problemas de los seres humanos más desfavorecidos, lo  hace de una manera genuina, ya que él mismo tuvo una infancia difícil, marcada por una mala relación con su padre, quien nunca logró aceptar que él era homosexual. A pesar de los problemas familiares que siempre tuvo el director se convirtió en un buen estudiante y en un gran empresario.
Es por estas razones que tal vez, podríamos entender lo bien que está dirigida la película Precious, ya que su protagonista sufre al igual que Daniels (en su vida real), problemas familiares, humillaciones y abusos que marcaron su vida. La madre de Clareece Precious es una mujer obesa, una reclusa cruel que mira le tele sin cesar, que come y se pinta las uñas durante todo el día, y que guarda un resentimiento a su hija porque siente celos de que su padre la haya abusado.

Es así que no podemos olvidar la película producida por Daniels El Leñador que trae al espectador nuevamente los problemas que sufren las personas que han sido abusadas sexualmente, que son desconfiadas y reservadas, al igual que en Precious. En este film su protagonista Walter (Kevin Bacon), luego de pasar doce años en prisión se va a una ciudad sin nombre, se instala y únicamente se dedica a cuidar de sí mismo. El hombre se encuentra con una mujer que no le importa su pasado, sin embargo Walter vive condenado por una agresión sexual.

Durante la película Precious el espectador esta en vilo todo el tiempo, con ganas de soltar el llanto y en muchos momentos con ganas de ingresar en la vida de la protagonista y de alguna manera ayudarla a salir de ese torbellino de problemas que la acosan para que pueda conseguir su felicidad.
Daniels, con esta película llena de esperanzas a los seres humanos para que sientan la capacidad que tiene cada uno en su interior por crecer y de sobreponerse  a las dificultades que se les presentan a las personas en la vida todo el tiempo, tal como le paso a él en su propia vida.
Es así, como el director le entrega a su público lo que estaba esperando y le da la oportunidad a Clareece Precious, cuando es expulsada de la escuela por estar embarazada de su segundo hijo, asistir a una escuela alternativa donde conoce a sus compañeros y a su maestra de la cuál recibirá el mayor apoyo y ahí conocerá el verdadero amor. Poco a poco, empieza a salir del mundo de sombras en el que está sumergida y comienza a ver la luz, comienza a hablar, a exteriorizar sus sentimientos, se enfrenta al maltrato y empieza confiar en sí misma.

Con esta cinta Daniels logró consagrarse como director siendo nominado por los Oscar, como mejor película y mejor director. Logra que los espectadores vean que siempre existe la forma de superarse cuando parece que las situaciones negativas que se enfrentan no tienen salida, le entrega a su público lo que quiere, lo complace, lo hace pensar, y hasta reflejarse en su propia vida si ha vivido situaciones o hechos similares.

Esta historias de Lee Daniels como director,  reflejan la realidad de muchos, logra contarlas bien y poseen una realización magnífica que permite derribar todos los obstáculos que se le presentan en el camino, y no deja de decirle al receptor no importa que tan miserable sea tu vida hay una forma de escapar, de solucionar el problema y convertirte en una persona exitosa.
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Fútbol para todos
La sociedad argentina tiene metido en su sangre la pasión por el fútbol, y por eso logró que el gobierno de la Nación presidido por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente de la AFA Julio Grondona firmaran un contrato histórico asociativo para la televisación de todos los partidos de Primera División por TV abierta y de forma gratuita.
Un cambio histórico siempre trae cola y esta no fue la excepción. Generó un debate nacional, donde se escucharon diversas versiones, noticias, dichos y contradichos; pero sobretodo es imposible olvidar las palabras de la presidenta de la nación: "Dimos un paso en la democratización de la sociedad. ¿Saben por qué? Porque no es posible que solamente el que pueda pagar mire un partido de fútbol. Que además le secuestren los goles hasta el domingo, aunque pagues igual, como te secuestran la palabra o te secuestran las imágenes, como antes secuestraron y desaparecieron a 30 mil argentinos. Yo no quiero más secuestros".
Este cambio se llevó a  muchos por delante y midió las fuerzas entre el gobierno y el multimedios más grande de la Argentina, el Grupo Clarín, al cual pertenece  TyC Sports, el canal encargado de cobrar por el servicio de la transmisión de los partidos de fútbol. El grupo Clarín sufrió un golpe al ego, que causó despidos, reestructuración del canal; pero sobretodo una pérdida millonaria. Así, en esta oportunidad el gobierno se sintió ganador y pudo alardear de que se estaba entrando a una nueva era no iban a existir más monopolios.
Con esta asociación AFA- Gobierno hubo quienes no se hicieron esperar para comentar el hecho, tal fue el periodista deportivo Víctor Hugo Morales que sostuvo que todo estaba en manos de Clarín y Torneos y Competencias y hacían lo que querían. Que era momento de celebrar que los tiempos iban cambiando y que la infamia de alguna manera iba quedando en el olvido.
Lo cierto es que los goles ya no están más “secuestrados”, y absolutamente todo el país sin diferencia de clases tiene acceso a ver todos los partidos de fútbol gratis. Pero ante esta agradable noticia para todos, también hay que decir que todo lo que se lleva a cabo trae consigo beneficios y consecuencias, y el fútbol gratuito le cuesta al gobierno 600millones de pesos, los cuales se toman de los gastos públicos.
Por eso el vicepresidente Julio Cobos dijo que esperaba que si las transmisiones son gratis, lo sean para todos y que no se entienda que los argentinos tienen que  aportar esa suma millonaria de su bolsillo. Que él problema de dinero que tenía la AFA luego de la ruptura con la empresa TSC, tenían que ver como lo solucionaban ellos, no el pueblo.
El día que se anunció el fútbol para todos Grondona dijo que por fin la presidenta y sus ministros entendieron que el balompié es un hecho cultural, una fiesta para el pueblo, un reflejo de la sociedad actual, y que se sentía libre de decir que cuando se negoció en ninguna mesa hubo una calculadora haciendo números, sólo existía la sensibilidad de llevarle gratis el fútbol a toda la gente en cualquier rincón del país.
Este es un acuerdo por 10 años, que se logró llevar a cabo bajo el mando de  la presidenta Cristina Fernández de Kirchner  y quien piensa que el fútbol es una industria muy importante en la Argentina, que no necesita subsidios y que por ser un gran negocio las ganancias también deben ser compartidas entre los que menos tienen, con aquellos que no tenían para pagar por ver los partidos.
Quizás todos los argentinos justifiquen este gasto, o quizás habrá muchos que no, lo cierto es que mientras muchos se mueren de hambre, otros no pueden estudiar, no tienen trabajo, deben estar contentos porque al menos ahora pueden disfrutar de su deporte preferido gratis.
 Así que por ahora el fútbol en Argentina se convirtió en un derecho para todos sin distinción de clases sociales, y debe ser pagado con los fondos públicos del Estado, a lo que podríamos decir cómo se utilizaba en la antigua Roma la famosa frase “Pan y circo”, muchos argentinos no tienen que comer, pero si fútbol para divertirse todo el fin de semana.
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