martes, 9 de marzo de 2010

La “gran” Feria del Libro

Se aproxima la 36ª Feria del Libro, lo que me hace viajar a mi niñez y verme a los 7 años con mis compañeros de segundo grado recorriendo los pasillos de esta gran muestra. Claro que a esa edad sólo me importaba el picnic que vendría después, ya que la Feria siempre fue una buena excusa para estar lejos del colegio.
Realmente no logro convencerme que esta exposición literaria sea algo “cultural” en nuestro país, sino más bien un paseo, para ir a curiosear que hay de nuevo. En esta gran feria, que me atrevería a definir como "comercial", ya que lamentablemente lo único de novedoso es que año tras años el valor de la entrada es mayor, no hallaremos exclusividades en cuanto a las obras (encontrar una obra antigua es toda una odisea), ni tampoco encontraremos grandes ofertas.

El eslogan de este año es “Festejar con libros 200 años de historias", la muestra tomará cinco obras destacados de la literatura argentina, a cuyos autores rendirá un homenaje. Fragmentos de éstas ilustrarán la campaña de la Feria. Se trata de Rayuela, de Julio Cortázar; Manuelita la tortuga, de María Elena Walsh; Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato; El oro de los tigres, de Jorge Luis Borges y Martín Fierro, de José Hernández. Es indudable que este evento es el que mayor cantidad de críticas negativas recoge, por lo cual deberían definirla como feria lucrativa, tal como lo hizo su par alemana, que blanqueó su fin declarándola exclusivamente comercial, a diferencia de nuestro país que prefiere vestirla con luces culturales e intelectualizarla con un gran despliegue organizativo y marketinero, coronando el evento con talleres, concursos y jornadas pedagógicas, trayendo autores más o menos renombrados. Aunque nunca han podido traer figuras como por ejemplo a Mario Vargas Llosa, Umberto Eco, Kazuo Ishiguro, inclusive Woody Allen. El sueño de Marta Díaz, directora del evento, es traerlos para que la feria tome otro color. Según un sondeo en la Feria, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, el 86% lee entre uno y cinco libros por año, tal vez es por esto que la feria subsiste año tras año con porcentajes altos en ventas.

Las opiniones parecen estar divididas, para algunos la feria del libro sirve para promover la lectura, es un lugar donde se pueden encontrar libros para todo tipo, y consideran que el hecho de que sea comercial no tiene nada de malo, otros sólo ven a la feria como un plan de fin de semana y no algo educativo, que sirve para que la gente tenga la ilusión de estar en contacto con los libros. Si nos ponemos a pensar, quizá lo que ocurre en el predio de la Rural, paradójicamente se destacan la participación de José García, ganador del reality show Operación Triunfo segunda generación en esta edición; la modelo Valeria Mazza, que lanzará ¿Qué me pongo? , la ex Gran Hermano Vanina Gramuglia, que el año pasado presentó un libro sobre ángeles o Belén Francese, quien fue premiada por la Secretaría de Cultura de la Nación como reconocimiento por "incentivar a los adolescentes a la lectura y el arte posmoderno" por su trabajo Pequeña Belén, algo muy “pedagógico” para tener en cuenta. Usted se preguntará ¿pero cómo? ¿No es vedette? sí, pero también “escribe”, y de estos casos hay muchos en la Feria del Libro. En definitiva, sigo prefiriendo el picnic de la primaria, ya que la feria es, sobre todo, funcional a los consumidores que leen de manera salteada, a las figuras mediáticas de la industria del espectáculo y el entretenimiento, pero nada más.

La verdad es que la Feria, entonces, no produce valor agregado alguno, aunque las familias estén agradecidas por poder variar sus paseos de fin de semana.

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