miércoles, 15 de julio de 2009

Crash: El flagelo que trasciende fronteras

Películas hay para todos los gustos: de acción, terror, aventuras, comedias y muchos otros géneros. Sin embargo, pocas pueden transmitir una sensación de cercanía a su público: lograr que quien la mire se sienta identificado. Este es el caso de Crash, la última película de Paul Haggis. Concebida con la idea de mostrar el alto grado de discriminación en Estados Unidos (más precisamente en Los Ángeles, donde transcurre la acción) la película deja pensando a su público si no se trata realmente de una adaptación de hechos reales. La combinación entre escenarios y los personajes (los cuales presentan personalidades muy bien dibujadas) le da a la película una impronta verídica que no desacierta en todo el film.

Un film como este permite trazar varios paralelismos con las sociedades occidentales, donde la discriminación está a la orden del día. Comencemos por describir una escena de Crash: el oficial Tommy Hansen, quien previamente había pedido cambio de compañero de patrulla ya que el anterior había demostrado conductas xenófobas, termina siendo víctima él también de sus propios prejuicios. Una noche decide levantar a Peter, un joven de raza negra que hacía “dedo” al costado de una ruta. Luego de conversar unos minutos, comenzó una discusión, y el policía le pidió a su acompañante que se bajara del auto y pusiera sus manos a una altura visible. Tras la negativa de Peter y un amague que el policía Tommy malinterpretó, terminó por dispararle un tiro. En esta escena se comprueba como los prejuicios (en este caso, contra las personas de raza negra) terminan por condicionar un accionar que en el ejemplo del film es fatal. Crímenes por prejuicios existen en todo el mundo, sin embargo, podríamos reseñar un caso cercano a la película ya que transcurre en Estados Unidos, pero a la vez cercano a nuestra realidad pues las víctimas son latinas. En Febrero de este año, en el estado de Florida, un hombre de 60 años asesinó a dos chilenos e hirió a otros tres. Todos habían llegado al país del norte mediante un programa de intercambio, y al momento del ataque había más de 20 inmigrantes ya que se trataba de una reunión. Más tarde se supo que el asesino era xenófobo y disparó sin motivos.

Podríamos pretender pasar por alto este hecho y considerarlo aislado o parte de un sistema que ya de por sí muchos consideran violento, sin embargo los crímenes por discriminación son en también nuestro país moneda corriente: cómo olvidar aquel resonante caso de 2001 en que un hombre arrojó del tren en movimiento a una mujer boliviana y su pequeño hijo, los cuales murieron instantáneamente. La discriminación está hoy más presente que nunca, y no solo por medio de la xenofobia, sino que excede cualquier límite imaginable y habla de nosotros como una sociedad donde la intolerancia reina.

Pero volvamos a la película: una de las escenas más impactantes es la que muestra al oficial John abusar de Christine, la mujer del empresario de televisión Cameron. John los detiene a ambos tras descubrir a la mujer teniendo sexo oral con su marido, tras lo cual los obliga a descender del vehículo. Valiéndose de su autoridad de policía, los humilla y abusa sexualmente de Christine. Un ejemplo así, de abuso de autoridad, se pudo ver en la muerte de Ezequiel Demonty, ocurrida en Buenos Aires en Septiembre de 2002. En aquel momento, varios jóvenes que venían de una discoteca fueron interceptados por un grupo de policías que, tras golpearlos, los obligaron a saltar desde un puente hacia el Riachuelo. Si bien dos de ellos pudieron salir nadando, Ezequiel no, y su cuerpo apareció flotando una semana más tarde.

Lamentablemente, los ejemplos sobran. Paul Haggis ha intentado resumir, en 115 minutos, hechos que el mundo conoce desde siempre. La discriminación no es un hecho inherente solo a Los Ángeles ni a Estados Unidos: está presente en cada uno de nosotros, que a nivel inconsciente permitimos que los prejuicios primen sobre la razón.

Películas como éstas no hacen sino retratar una realidad de la que muchos se espantan cuando la ven en pantalla gigante, pero que en el entorno íntimo la reproducen y hasta superan.

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