viernes, 23 de julio de 2010

Alvear: Un paseo al otro lado

Lujo, moda, diseñadores, diversidad de arquitecturas, lugares históricos, palacios, hoteles de reconocimiento internacional y derroche de dinero. Todo eso y más es lo que encierra esta famosa avenida de tan solo 7 cuadras de extensión ubicada en el barrio de la Recoleta. Las calles son áridas y desiertas. No se ve gente caminar a menos que tengan un destino predeterminado. Tras los muros de esos edificios, algunos antiguos y otros no tanto, se esconden diversidad de historias, y se vislumbran variedad de arquitecturas. Al caer el sol sólo quedan las luces de los negocios, que imitando un estilo francés, se encuentran dentro de algunas construcciones edilicias, las cuales simulan una especie de galerías privadas. A su alrededor, los locales se visten de gala esperando el momento que uno de los visitantes entre y elija una de sus prendas expuestas en los maniquíes para poder estrenarlo en alguna salida. Cada modelo plástico colocado a la perfección en las vidrieras, parece representar la posición en la que se ubicaron las distintas casas y edificios a lo largo de las cuadras. En ella se puede distinguir el estatus económico y social de cada uno de sus habitantes. El asfalto es de piedra, estilo típico de hace 2 siglos atrás, y brinda la sensación de pasear por las calles de Venecia de lo angostas que son. Si se mira con detenimiento, también, se tropieza con la infaltable confitería tan “paqueta” identificado en los bulevares más conocidos de Francia. La Avenida Alvear es un lugar que encierra muchas historias, al igual que marcas. En un breve recorrido por el lugar se puede divisar que a medida de que sube la altura de la avenida también asciende el “estatus” social. Es claro de ver cómo se pueden admirar desde el Jockey Club Argentino hasta la antigua casa presidencial. Sin dejar de pasar por locales de reconocimiento mundial como el de Louis Vuitton, Valentino o la joyería de Vicente Hernández, una de la más fina del lugar. No se puede permitir olvidar la importancia de las embajadas como la de la República Árabe de Egipto, la de Francia o del Alvear Palace Hotel. Si bien los precios varían entre los $400 a los U$S 150.000 es una marcas perfecta para distinguir los diversos estratos dentro de lo que es llamada “la zona rica” de Buenos Aires o, como la gente lo conoce, Barrio Norte. El “snobismo” no es marca aceptada dentro de este mundo del “renombre”. Donde lo único que importa es el “qué dirán”, el “qué mostrar” y los valores de las personas se demuestran por cuanto es lo que hay en las cuentas bancarias propias y de la familia. Está claro que aunque Alvear es una de las tantas avenidas de libre acceso y transitoriedad, la mirada incisiva de los vecinos de la zona hace que los turistas o de ambulantes, se sientan incómodos. Este lugar de propiedades de familias patricias y estructuras del tipo palacios y mansiones es uno de los sitios más distinguidos de Buenos Aires. En definitiva, vivir en la famosa avenida no solo requiere de un patrimonio adquisitivo importante, sino que se trata de un estilo de vida. Está claro que los llamados “nuevos ricos” no tienen cupo en este lugar.

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