miércoles, 7 de julio de 2010

La Cornisa, la realidad se viste de plumas

Los domingos por la noche, la gente enciende el televisor dispuesta a informarse, o entretenerse; durante la noche nos dejamos llevar por la progresión de los canales, hasta que llama nuestra atención el programa "La Cornisa", conducido por Luis Majul y emitido por el canal América, donde aparecen personajes comunes, reclamando por una mayor seguridad, por la vida de sus hijos, llorando y amenazando a personas causantes de sus miedos. El periodista encargado de esta escena toma partido y se transforma en un luchador más, pidiendo justicia por todos. Si bien, es bueno que se intercambien pensamientos, que las personas se ayuden los unos a los otros, es necesario saber diferenciar cuándo el periodista tiene que presentar la noticia con seriedad, y cuándo puede armar un "show". Majul toma un punto de vista muy diferente a los demás. Al reclamar, convierte a la problemática en un debate bizarro, vulgar y fuera de lo que se tiene que hacer en un trabajo periodístico serio. Con un punto de vista informativo, podemos decir, que muchas veces se utilizan ciertos problemas de la sociedad para poder obtener un mayor porcentaje de raiting más precisamente cuando se habla de la realidad en la que se vive. Quizás porque muchos se sienten identificados, y el periodista, al encontrar el punto débil del espectador, se aprovecha del espacio que tiene que llenar, al momento de encabezar un trabajo periodístico como éste, actuando de una manera mucho más expresiva, extravagante y fuera de lo común. El objetivo principal de La Cornisa, es escandalizar. A qué nos referimos cuándo hablamos de este tema?, podemos compararlo tranquilamente con un programa farandulero, entre guerras de vedettes, con la diferencia de que acá el tema principal es la política o la misma problemática ciudadana. Y ahí es cuando nos damos cuenta cómo lo serio se puede transformar en bizarro, y cómo la gente, acepta este tipo de noticias sin importar de qué manera son llevadas a cabo. Los informes se vuelven totalmente vuelgares, porque no se termina mostrando el lado formal de la nota, y la hipótesis se extiende hacia otros puntos de vista, y no habla del mismo tema principal. El programa se realiza desde 2001, tratando las problemáticas de la sociedad, con una mirada negativa a las soluciones más simples, a todo aquello que no se ve todos los días en la tele, pero sí se vive en la sociedad. El show muchas veces es un gran entretenimiento para la mayoría de los televidentes, pero a veces se transforma en una ofensa. No todos pensamos igual y mucho menos cuando se trata de casos tan ligados a los personajes invitados al programa, donde estos pueden ofender y menospreciar al público de una manera indirecta. No solo podemos analizar las actitudes de Majul en escena, sino el vocabulario, la manera en que se expresa, los diferentes términos que se adaptan al tipo de público al que está referido su discurso, en este caso, hablamos de un nivel bajo, aquellos de menor recursos económicos, los más necesitados. Aunque la intencionalidad con sus invitados sea esa, el periodista debe seguir con su rol, interrogando e interactuando. Pero el objetivo del mismo en el programa es confrontar al gobierno, ocasionando disturbios con el gobierno, hablando mal, o poniéndose en contra, convirtiéndose en un oponente y haciendo claras referencias a sus preferidos. Al momento de entrevistar a los invitados en La Cornisa, no se diferencia quién es aquel que tiene un nivel de experiencia. Entablando una conversación "amena", y dejando de lado toda categoría, compartiendo una relación "normal", como si se encontraran en un bar a charlar sobre los temas que se debaten. Años atrás no experimentábamos la misma sensación al ver los programas periodísticos, el invitado era una persona simple, que hablaba de manera coherente, comentando su problemática, y el único rol del periodista se basaba en ser un receptor y un intermedio para que lo reclamado salga a la luz. La idea no debería ser armar una guerra entre el público, el periodista, los invitados y el gobierno, sino recrear en forma dinámica, entretenida y por sobre todas las cosas interesante, lo que pasa cotidianamente en la sociedad. Adaptar a todas las personas en un grupo donde se pueda establecer cierto tipo de comunicación, sin discriminar y tratando a todos por igual Estableciendo debates sin ningún tipo de compromiso, pero a su vez, donde se puedan expresar libremente las distintas opiniones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario