jueves, 22 de julio de 2010

¿Mediación en la TV?

A pesar de que los medios de comunicación de hoy en día, tienden a influir sobre gran parte de la sociedad, hay quienes creen que éstos no sean el escenario adecuado para poder lograr un acuerdo entre las partes que van a exponer sus conflictos en televisión. El formato del programa, basado principalmente en una entrevista a los personajes de la semana, e informes sobre temas de la actualidad, ha sido realmente exitoso. De hecho, se mantiene desde hace doce años, latiendo al compás de lo que la gente pide y de lo que se califica interesante para mostrar. El secreto es que se trata de un programa político, diverso, que está cada vez más vinculado con la investigación y que sobrevivió a todos los horarios y todos los cambios. La Cornisa está ahí cuando se producen los grandes acontecimientos de interés público. El programa periodístico semanal, conducido por Luis Majul, es el escenario donde se cruzan discursos emitidos por los protagonistas involucrados, por lo general con temas que refieren a la política argentina. La disputa al fin y al cabo parecer ser un ring de combate, en el que cada uno trata de tener la razón, sin importar el verdadero motivo por el cual discuten. La intervención del conductor se convierte en nula al ver semejante intercambio de palabras, dejando al descubierto que todo tiene un mismo fin. Tristemente jamás se llegará a una concreta conclusión, sino que el fin es sólo generar un choque mediático. Opiniones encontradas, derivan de este cruce de discursos, lo cierto es que este recurso es utilizado con el fin de que cada uno defienda su postura, y así no llegar a ningún punto de acuerdo, por lo tanto el televidente muchas veces no llega a comprender ni a aceptar ninguno de los dos. Los protagonistas del debate, se encuentran visualmente enfrentados, luchan por su teoría y no dan pie a la comprensión o aceptación de quienes los escuchan. Lamentablemente, por más que las personas protagonistas tengan el poder suficiente como para poder modificar y/o beneficiar a la sociedad llegando a una solución a los problemas sacado a la luz en TV, nunca se logrará una respuesta a éstos. Igualmente, tampoco es ese el lugar indicado para llevar a cabo una mediación de carácter formal. La emoción, se transforma en un elemento importante, exponiendo un caso socialmente relevante, con la intención de que el televidente se sienta identificado y a su vez, tome posición frente al mismo. Tal es así, que además de los discursos, el minuto a minuto de este programa transcurre acompañado de imágenes cotidianas que seducen al televidente En cambio, a la hora de mostrar sus informes periodísticos, Majul demuestra involucrarse fuertemente con los temas presentados. El propio periodista es quien investiga e indaga en la calle sobre los mismos, tratando de demostrar que es un ciudadano común, al cual le interesan las mismas cosas que al público que consume este programa. Para lograr esto, se hace valer de recursos tales como compartir su trabajo con personas que experimenten estas problemáticas en su vida diaria, principalmente, mediante entrevistas; como por ejemplo lo hizo con la problemática de los “trapitos” en Capital Federal, conmovidos por la ley que pretendía sancionar Mauricio Macri, en la cual propondrá prohibir las actividades de los comúnmente denominados limpiavidrios, encapuchados en la marchas y cuidacoches en las calles porteñas. De esta manera, el conductor de La Cornisa, según el segmento que presente, parece demostrar mayor interés y compromiso con ciertos temas. Lamentablemente queda demostrado que la televisión argentina no es el lugar adecuado para recibir respuestas concretas a determinado problema.

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